martes, julio 05, 2005

A manera de presentación (a mi amigo)


23/04/05. La caja (en algún lugar de la ciudad de los dos pisos)

A mi querido amigo Perro Zombie.

… si pudiese ser quien tu querías todo este tiempo... el susurro de mis lamentos siguen sin dejarme en paz, levantarme todos los días con el estigma de estos 24 años, que ya comienzan a presentar secuelas, tu las sabes mejor que nadie. Y la atmósfera no pudo haber sido mejor, el lluvioso ocaso del día en que cumples años, pero en realidad, ¿Qué es lo que hemos logrado?
He conocido gente maravillosa, pero también algunos que me han hecho sangrar, pero ya los he perdonado, lo que no sé, es si ellos ya se perdonaron. Desde pequeño me fui dando cuenta del verdadero valor de la amistad, y aprender a separar a aquellas personas que solo te daban el saludo o alguna palabra de aliento por compromiso y a quienes ahora el paso del tiempo y la gran distancia han hecho quedar mas presentes en mi ser, con una llamada telefónica o alguna cita reciproca. Ya que aunque pase el tiempo, podré conversar con ese amigo, como si apenas nos hubiéramos dejado de ver ayer. En un momento de la vida, llegué a cuestionar bastante estos valores, pero en el momento mas preciso, llegaron a mi, personas a las que nunca acabare de pagar todos los buenos ratos y sobre todo, su sincera compañía, tanto en las buenas como en las malas, no los menciono, no por temor a omitir a algunos, sino por respeto a la memoria de los que ya pasaron a la siguiente vida. Pero así como a ti, también a ellos se los he hecho saber. Pero una cosa es segura, puedo presidir del amor de una mujer, pero el de un amigo… jamás. Me supongo que la familia no se lleva en el apellido, va mas allá de la sangre, creo que mi familia crece con el paso de los días.

Y de la familia consanguínea, ese tema tan sagrado y escabroso, me temo Perro, que mi parecer no ha cambiado, que aunque en este momento las cosas parecen estar bien, con el: ¿Cómo te fue en la escuela?, ¿tienes tarea? Y cosas así por el estilo, solo estoy en espera de la tempestad que ha caracterizado desde pequeño mi relación con la autora de mis días, y es lo que mas lastimado me tiene. Pero créeme, también he tenido mucho arrepentimiento de las cosas que he llegado a decir para lastimarla, solo fue en defensa de mi corazón, porque aunque en mi han quedado las cicatrices de algunas de esas disputas, lo que mas destrozado tiene mi corazón, es la latente voz en mi cabeza, reprochándome tantos fracasos, pero te juro amigo, yo no los he buscado. En verdad, he querido acercarme a ella, pero esos acercamientos, tan solo son esporádicos y temporales, porque como alguna vez te dije: quiero estar bien, por lo menos aquí en casa, en verdad el estar así es pesado, y en verdad dudo que todo cambie ahora que volví por cuarta ocasión a la universidad, porque la gente siempre será gente, pero te prometo el mantener la calma lo mas que se pueda.

Es difícil llevar todo a un equilibrio, pero la felicidad y la desgracia, son solo prolongadas por el tiempo que quiera uno, y así no me arrepiento de haber pasado momentos agridulces, porque también me he divertido mucho y sabes, siempre he gozado enviando el dolor abajo y por eso he disfrutado ser lastimado. Solías pedirme que tuviera cuidado con las mujeres, de las cosas que traían consigo, pero reía de solo pensar en fallar. Ha sido duro aprender, pero heme aquí, sin llorar porque aquello ha terminado, tan solo sonriendo porque sucedió. Pero te confieso que solías hacerme escapar cuando reías, pero en el fondo lloraba, pero eso termino, te lo aseguro, como te dije antes, ya he perdonado.


Solo puedo agradecerte todo lo que hemos pasado juntos, porque lo nuestro ha sido grande, y cuando la desesperación estaba a punto tomar mi vida, tu persistencia, optimismo y humor tan singular, me sacaron de ese bache y no dudo que seguirá siendo así, hasta que la muerte diga que es tiempo de partir… te quiero amigo y perdóname por los errores, pero aprenderé…

! Que la fuerza te acompañe ¡

Gibran.

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