martes, septiembre 16, 2008

La historia de las cosas

He aquí la muestra en vídeo del discurso que he manejado últimamente, por si aún hay quienes no lo hayan captado. Esto lo encontré en la página de
Bruno Abarca
, que a su vez cita la página de
Otro mundo es posible
.

Tiene una duración de 20 minutos, pero creo que vale la pena tomárselos para reflexionar sobre lo que se plantea... y de paso comprenderán mejor las ideas que han rodeado este blog en los últimos meses...

lunes, septiembre 15, 2008

¡ Un grito ! (porque seguimos igual o peor)

Un grito por los inmigrantes ilegales que saltan el muro fronterizo

Un grito por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca

Un grito por los que por pensar y cuestionar han sido encerrados

Un grito por los estudiantes que por seguir sus ideales, fueron asesinados

Un grito por los que su preferencia sexual a muchos incomoda

Un grito por los que se parten la madre en un empleo malpagado

Un grito por los Medios de Comunicación que han sido censurados

Un grito por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Un grito por los indígenas privados de sus derechos humanos

Un grito por los que defienden desinteresadamente nuestros recursos naturales

Un grito por los que por falta de recursos no alcanzan a comprar justicia

Un grito por los olvidados que para subsistir piden limosna

Un grito por las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez

Un grito por los que han sido negados a la educación escolar

Un grito por los niños que duermen en la calle

Un grito por los ancianos olvidados por sus familias

Un grito por los que son no son "mexicanitos"

y en especial... un grito por todos aquellos que en este momento se emborrachan, brincan, saltan y bailan y se conforman con la mierda de país que les dan... ¡Viva la independencia!... ¿pero de quién o qué?

¡ Tiempo de celebrar ! (pues no qué estabamos en crisis)

Acentuar a México en el terreno mundial puede resultar una falacia o demasiado engañoso, debido a la frialdad de los números. Mientras cada vez más corporaciones ponen sus ojos en el mercado mexicano, los índices de desempleo crecen alarmantemente y la calidad de vida del país se ubica en el lugar 32 del orbe mundial, destacando a las Ciudades de México y Monterrey en las posiciones 180 y 148 respectivamente.

El estudio que posicionó a México en los lugares más bajos fue llevado a cabo por
Mercer Human Resource Consulting
, las condiciones que fueron consideradas para dicha investigación están basadas en la calidad y disponibilidad de servicios hospitalarios y médicos, los niveles de contaminación ambiental y enfermedades infecciosas. También se consideró la eficiencia de los servicios de eliminación de basura y sistemas de drenaje, la potabilidad del agua y la presencia de animales e insectos dañinos. La calificación de las ciudades se realizó en comparación con Nueva York, la cual se tomó como ciudad base y que tiene una puntuación de 100 (de lo cual, tengo mis dudas).

Por otra parte, el diario británico “The Economist”, fue el que destacó a México como el segundo País con mejor calidad de vida en América Latina solamente por debajo de Chile, que curiosamente en la página Esmas.com perteneciente a la empresa Televisa se destacó como un hecho trascendental que México sea el segundo país latinoamericano en cuanto a calidad de vida se refiere.

Bueno, regresemos al punto central de este post. México visto en el extranjero como un jugoso negocio a pesar de la pobreza política, económica y cultural de su población.

Para toda empresa llámese como se llame, nuestro país es considerado como una mina de oro. Toda la complejidad que implica la administración de cualquiera de las grandes transnacionales, tiene su raíz en los bajos costos que les genera el colocar una sucursal o franquicia en el mercado mexicano. No solamente se reduce a una estrategia de marketing o vender el producto más innovador en su clase, también una de las claves para esta penetración en el mercado mexicano se debe a la mano de obra tan barata y abundante que existe en nuestro país.

Otra herramienta de la que se valen las corporaciones para ver bien remunerada su inversión, es la inventiva que las agencias publicitarias manejan y las cuales se encargan de insertar el estilo de vida norteamericano a nuestro subconsciente e inyectarnos la inocente idea de que siendo lo más parecido a los vecinos del norte, se obtendrá bienestar y que paralelamente se obtendrá status, respeto, confianza,
autoestima, bienestar; y todo aquello que implique prosperidad. Normalmente esos lugares donde se compra la felicidad se encuentran con los logotipos de McDonalds, Wal-Mart, Cinepolis, Kentucky Fried Chicken, Liverpool, Starbucks o cualquier lugar que represente una marca en la que haya que desembolsar una cantidad considerable de dinero.

Culturalmente la sociedad mexicana -y quizá todas las latinoamericanas y algunas “primermundistas”-; son como una esponja que adopta y absorbe casi cualquier producto o servicio que se muestra en los aparadores y medios de comunicación. En ocasiones no es necesario colocar alguna marca para que lo que se adquiere tenga un valor extra. Nuestra sociedad se ha encargado de convertir a lugares como las colonias Condesa, Polanco, la Plaza de Coyoacán y ya ni hablar de todas las partes que concentran tiendas, aparadores y escaparates, en los centros de reunión de aquellos que buscan (de nuevo esta jodida palabra) status, aunque no impliquen una firma o marca reconocida necesariamente, y con él sencillo hecho de pasear por ahí ya significa cierto simbolismo social valioso, que no da por ejemplo; un paseo en las calles de la Plaza de Garibaldi o la Alameda Central.

No importando el poder adquisitivo de la persona en cuestión, se buscan los recursos para darse ese gusto por experimentar la sensación de codearse con los otros miembros de la sociedad que acuden a dichos lugares y en los que la mayor parte de las ocasiones, no se tiene ni la menor idea de si las otras personas en el lugar se encuentran en la misma posición económica buscando alcanzar ese éxtasis de consumo. Casualmente, aquellos sujetos pertenecientes a una posición social alta y cómoda, o que sencillamente frecuentan esos terrenos van marcando la actualidad del establecimiento o “inn” que es acudir a cada uno de esos lugares.

Para muestra basta citar las palabras de Alberto Torrado, director general de Alsea, empresa controladora de Starbucks en México donde en una entrevista para el diario El Excelsior rechaza la idea de que sus productos sean caros para el mercado mexicano porque si fuera así, Starbucks Cofee no tendría la penetración que ha conseguido en el mercado. Pero en dicha declaración no esta explicito lo que social y culturalmente implica tomar un capuchino en alguna de sus sucursales.

Como la mayor parte de las veces, las letras publicadas en este espacio son malinterpretadas así que por el día de hoy me detendré, ya que por todas partes se dice que hoy tenemos que festejar a los héroes que nos dieron esta patria tan prospera y llena de oportunidades para todos… inclusive para los que no nacieron en este lugar lleno de políticos deficientes, corporaciones voraces, medios de comunicación enajenantes, educación deficiente, y una independencia que ahora se grita en la plaza principal de su capital por sus “dos” presidentes.

miércoles, septiembre 10, 2008

La felicidad no entiende de idiomas. Kenge Kenge y su particular estilo de sonreir y ser felices

¿Cómo hacer posible que la gente esté contenta, cuando se ha vivido en un lugar con carencias económicas y problemas políticos que los ha rezagado del resto del mundo? Ahora, si ubicamos este cuestionamiento dentro del marco de cualquier villa africana, con todo y las limitaciones que en sí la pregunta anterior representa, sería aún más complicado imaginar que alguien pueda ser feliz y transmitirlo de cualquier modo posible, ya sea por la pintura, la fotografía o como en este caso me ocupó: a través de la música.


Es bien sabido que gracias a los Medios de Comunicación, las únicas noticias que llegan del llamado “continente negro” narran hambrunas, golpes de Estado, animales exóticos y salvajes que andan por doquier, peligrosos safaris en jeep, y ahora que terminaron los juegos olímpicos, se comenzará a hablar de África por el mentado campeonato mundial de futbol. Pero gracias a la propuesta musical de Kenge Kenge, podemos tirar todos esos estereotipos a la basura y adentrarnos a esa parte artística de África, concretamente en Kenia; y escuchar su fresca mezcla de música Luo, popular y tradicional en aquel país; con su particular estilo de guitarras, instrumentos de viento y percusiones que logran una rumba africana única con una rítmica particular, capaz de contagiar felicidad a pesar de la muralla que representa la diferencia de lenguajes; todo contenido en el disco Introducing Kenge Kenge, editado apenas hace un año.


Otro de los meritos que tiene Kenge Kenge para componer e interpretar esas notas felices y bailables, es que la propuesta de estos 8 kenyanos al encajar perfectamente en la definición de “World Music”, sin pedirle nada a nadie se anotan un punto más a su favor al representar una propuesta alternativa a las recopilaciones de Putumayo World Music que de alguna manera, se han vuelto el único referente de la música que se hace en los lugares más recónditos del planeta; sin quitarle merito a este tipo de acoplados. Estos chicos africanos vuelven toda algarabía y ganas de fiesta las sensaciones de aquellas orejas que ponen atención a sus ritmos y la voz de su líder George Achie, que nada tienen que ver con esas crónicas deprimentes que los noticieros nocturnos nos muestran en los horarios estelares.

Ésta música benga, como también se le conoce al estilo en el que se desenvuelve Kenge Kenge, suena perfecta para una fiesta en la playa mientras se disfruta de unos jugosos cocos con vodka, sin caer en la ordinariedad de los grupos a los que se nos tiene acostumbrados a oír para mover los pies. ¡Ahh! Cuando la pista 4 “Owang´Winyo” comienza, esos ricos instrumentos de cuerda parecidos a violines hacen que te sientas familiarizado con la música típica mexicana de alguna sierra del sur, pero en el momento en que comienzan a interpretar sus liricas y producen las percusiones en sus djembes , la ilusión desaparece; pero lejos de provocar que se apague el reproductor o se cambie el track que está corriendo, esa inevitable sensación de seguir el ritmo con los pies llega desde esos coros con sentimientos de prosperidad y esperanza.

Sé que para los interesados en entrar en la fiesta de Kenge Kenge, será algo complicado conseguir material de esta agrupación keniana, sin embargo para aquellos que tienen una computadora con internet al alcance de sus manos, recomiendo algunos links y sepan de lo que son capaces los africanos, y dejemos de lado esa idea de que tan solo son gente muriendo de hambre, buscando derrocar algún gobierno o emigrando a Europa en busca de “otra oportunidad”… bien, he aquí los links:
en concierto
, un track del disco; y por mientras ¡Qué viva África!, ¡Qué viva Kenge Kenge!, ¡Que viva la música!, ¡Que viva la fiesta!.