martes, julio 26, 2005

Envidia de lavadero

Los llamados Talk Shows son un tipo de espectáculo que bien llevado a cabo podría tener temas interesantes o educativos, pero la realidad es que como sociedad en general no estamos interesados en este tipo de temas y los desechamos fácil y rápidamente. La consecuencia es que los Medios de Comunicación Masiva pongan al aire programas en donde se nos hace más interesante y entretenido ver como crítican a alguien por algo que hizo, que está moralmente mal visto o peleas que son dignas de envidiar en cualquier pulquería; o rumores que crecen sin argumento y se vuelven un escandalazo de lavadero de azotea de edificio, sin que deje algún beneficio a la comunidad.

Además de ser carentes de contenido y sentido común, en varias de las ocasiones distorsionan los hechos para “condimentar” aún más la discusión, y sí en algún momento esto hace que los ánimos se calienten y generen violencia física o verbal, será mucho mejor porque se vuelve oxígeno puro al rating.

Lo grave del asunto es que gracias a la facilidad con que le llegan a todo de público, el espectador absorbe la versión que dan de su realidad, les crea una conciencia y desarrolla una sub-inteligencia carente de crítica y exigencias hacía lo que los medios le dan. Tomándolo así la sociedad de un modo tan natural que es bien visto que se arregle un problema con golpes o insultos.

La realidad es que este tipo de programas enajenan a un espectador ya de por sí distraído de su contexto social y en general de su entorno. Lo vuelven débil de carácter por el autoconformismo que existe en las personas que producen este tipo de programas y logran contagiarlo a quienes lo consumen.

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