Comer solo es de las cosas más deprimentes aunque a estas alturas ya me tendría que haber acostumbrado.
Extraño esas tardes en que ella cocinaba algo, lo que fuera; mientras yo ponía la mesa (aunque nunca me lo solicitaba). Sentía como cuando de niño, antes de tomar conciencia (o inconciencia) aún me entusiasmaba la navidad y me reunía con algunas de las personas que mas quería y al igual que yo estaban riendo y disfrutando el momento.
Pero no era nada más lo delicioso de lo que cocinaba únicamente, era como meter todos esos instantes de la niñez en un solo día y pasarlo ahí en su mesa… era algo mas lo que le daba magia a ese instante, como navidad a mitad del año pero con ella. No sólo era quedar como perrito panzón (como ella decía), era algo mas…
Pero regreso a mi realidad. Me siento a comer tan sólo con el balbuceo de la televisión para sentir alguna presencia, me sirvo en un plato que ahora ya no me importa sí estaba limpio, ni siquiera me interesa ya si la comida esta caliente porque ahora me encuentro completamente solo.
sábado, abril 08, 2006
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