domingo, mayo 17, 2009

El país de la alegría - UN MAL NECESARIO Y RE-POSTEADO

ADVERTENCIA: El siguiente texto se deslinda de cualquier simpatía política, apoyo sindicalista o afección personal.

La actual administración presidencial se encuentra en sus últimos (y algunos dicen agonizantes) días, y muchos analistas, intelectuales y demás figuras públicas, expresan que se ha tratado de un mal y hasta pésimo sexenio. Pero contrario a todo esto, me sumo a aquellos que califican la labor de Vicente Fox Quesada de un buen trabajo, pero más allá de ser satisfactorio, creo que hizo de México, un país divertidísimo donde no falto el entretenimiento, la emoción, la alegría y las sonrisas.

Indudablemente hubo varios “resbalones” en el sexenio 2000-2006 desde el principio por algunas tareas inconclusas, o que de plano se quedaron en promesas, como la del crecimiento de 7% anual del Producto Interno Bruto (PIB), llegando con mucho esfuerzo en algunos años a alcanzar el 3%. También cabe mencionar la problemática que existe en el estado de Chiapas, y que como un mecías caído del cielo, nuestro señor presidente juró resolver fácilmente en cosa de 15 minutos. El caso de las muertas de Ciudad Juárez en Chihuahua, no fue algo que él prometiera resolver, pero ¿no le competía también atender?


Una vez desarrollada su administración, se presumió de dar completa libertad de expresión a todos los medios de comunicación, mientras que paradójicamente, seguían asesinando periodistas en el norte del país o eran demandados por publicar libros que incomodaban a algunos actores importantes y “respetados” de nuestra sociedad. En algunos casos desaparecían medios como Radioactivo 98.5 del cuadrante y CNI Canal 40 de la televisión abierta. Pero quizá su “libertad de (in)expresión ” se refería a dejar que por todos lados escuchemos hasta el hartazgo la palabra guey, o tal vez se trataba de dejar aparecer diputados protagonizando los reality shows de moda, y que de pronto se convirtieran en deportistas famosos, formando así parte del bonito mundo de la farándula. La Ley Televisa, se puso como el pretexto perfecto para justificar lo que los amigos de Fox querían ver y lo que no en los medios de comunicación (aunque desde antes el gobierno ya regulaba todo), para que así nos transmitieran “su buen gusto”, pasándonos su sentido de como debe ser la cultura mexicana promedio.

Del crecimiento en los índices de delincuencia, narcotráfico, corrupción y desempleo no hablare, para que no se desvíe el propósito de este texto, y no parezca que quiero evidenciar LA INEFICACIA de Vicente Fox para gobernar. Pasemos mejor a la verdadera intención de este artículo, en el cuál considero al aún presidente de México, como el autor de tantas puntadas tan divertidas y conmovedoras.

Desde antes de convertirse en el presidente de la Republica, Fox ya dejaba notar su buen humor e imagen carismática, cuando se refería abiertamente a sus rivales políticos de la ultraderecha como “tepolcatas y víboras prietas”, llevándose así inmediatamente al pueblo mexicano a la bolsa. También influyó esa “bonita imagen” de macho mexicano a caballo, que solamente se añoraba por aquellas películas de Pedro Infante o Vicente Fernández.


Al formar su grupo de trabajo, Fox tenía entre ese “dream team” a su vocera Martha Sahagún, la cuál después de un tórrido romance se convertiría en su esposa, llenando al país de una inmensa alegría por tan conmovedora historia de amor. No siendo suficiente, acapararon completa atención de toda la prensa, haciendo pública su devoción por la religión Católica al casarse por la Iglesia, y aunque “se pasaba por las botas” los ideales de Benito Juárez de separar la Iglesia del Estado, ¡no importó!, ya que tan bonita pareja, tenía que simpatizarle a todo el pueblo de México. Mucha gente tuvo envidia y pretendió desprestigiar a la primera dama, señalando que la Fundación Vamos México la cual ella encabezaba, se manejaba con dinero “sucio”. Esta acusación no influyó a que tan bonita pareja se separará. Mucho menos surtió efecto la acusación de tráfico de influencias, del cuál los pobres hermanos Bribiesca, hijos de la señora de Fox, eran victimas.

Algunos meses después, en un pleito corporativo entre las televisoras TV Azteca y CNI Canal 40, los primeros decidieron hacerse justicia por su propia cuenta, tomando por asalto las instalaciones de Canal 40 y decidieron apropiarse tanto del inmueble, como de la señal que se transmitía por dicho canal. Cuando a nuestro siempre atinado presidente se le pidió tomará cartas en el asunto, él se limitó únicamente a responder: ¿y yo porqué?, regalándonos así, una de las frases más cómicas jamás dichas por algún mandatario presidencial.

Pero ese exquisito sentido del humor era digno de trascender fronteras, así que en el marco de una de esas reuniones, en las que los altos funcionarios deciden la forma en que robarán nuestro dinero, perdón, “ven por nuestros intereses”, Fox se encontró ante una gran problemática: tener sentados en la misma mesa a su patrón George Bush y a Fidel Castro, que históricamente presentan tantas discrepancias como el bien y el mal. Pero lejos de amedrentarse por semejante situación, nuestro presidente nuevamente fue evidenciado como ese gran ser humano, con una gran inteligencia y un inmenso sentido del humor. Al tener una conversación telefónica con Castro, Fox lo invitaba a ser diplomático en una forma bastante peculiar al decirle entre otras cosas: comes y te vas, a lo cuál nuevamente se ganó muchas risas de parte de la clase política mexicana, y por supuesto, mías. Y aunque después quiso hacer algo similar con el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, obtuvo negativas y desacuerdos, pero no importaba, ya que la simpatía mexicana (y de EU.) ya le pertenecía a Fox.

No obstante tiempo después, al acercarse las elecciones presidenciales y al ver en Andrés Manuel López Obrador una persona bastante incomoda para que su partido siguiera en el poder, se lanzó una campaña de desprestigio contra AMLO, en la que primero se le quiso separar de todos sus cargos, al acusarlo de desentender ordenes legales y construir una calle que comunicaba a un hospital, posteriormente se puso en los medios electrónicos, una serie de videos en los medios de comunicación, que evidenciaban a los colaboradores de López Obrador en actos de corrupción.

Todo este ambiente puso a Fox en una situación difícil, ya que varios de sus colaboradores renunciarían a su gabinete, entre ellos el Procurador de la República, Rafael Macedo de la Concha, el cuál no pudo más con el paquete. Todo esto dio a los mexicanos, una de las telenovelas más realistas, interactivas y emocionantes en la historia del país, ya que los simpatizantes del acusado salieron a las calles a manifestar su inconformidad, así como una serie de dimes y diretes, que acaparaban la atención de los periódicos y de los principales noticiarios del país.

Así es como Vicente Fox se ha ganado mi simpatía y un lugar muy especial entre personas como Jorge Falcón, Jim Carrey, Carmen Salinas y Matt Groening; dedicadas a entretener y divertir (sin minorizar a nadie). Y que aunque termina su administración dejándonos una Oaxaca colapsada con la invasión de la Policía Federal Preventiva (PFP), religiosos, empresarios y funcionarios públicos practicando la pederastia abiertamente, los abusos cometidos en San Salvador Atenco, familias desamparadas por el derrumbe de una mina en Pasta de Conchos, Coahuila, los inmigrantes saltando un inmenso muro, las alzas de los costos de la gasolina y la leche, una elección bastante turbia y malograda y en general un país que sigue siendo “el patio trasero de Estados Unidos ”, entre otros asuntos pendientes. Manifiesto mi completa admiración hacia el señor presidente, por hacer (y dejarlo únicamente en el intento de gobernar) uno de los países más conflictivos del mundo y convertirlo en un lugar lleno de risas, emoción y alegría.

¡Bien por usted señor Fox, se convirtió involuntariamente en el comediante mejor pagado en la historia de la humanidad!

PD. Constato que este artículo es para manifestar mi admiración por Vicente Fox como uno de los grandes personajes de México. (Esto para que no me vaya a clausurar el changarro la Secretaría de Gobernación o me vaya a demandar la señora Sahagún de Fox).

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