- Primera parte
Detalles… pequeñeces insignificantes que le dan sentido y sabor a tu vida. Masturbarte con alguna película de lo que sea o en el mejor de los casos pornografía barata de una revistucha de 5 pesos, carcajearte de las estupideces que hacen en Bob Esponja, la opinión que celosamente guardas acerca de lo que son tus padres. Pareciera que no tienen la menor importancia, pero uno a uno se van convirtiendo en esas piezas que forman parte de las esencia de tu ser.
Por alguna razón, dichos pormenores los mantienes muy al margen de tus conversaciones convencionales. No das información alguna de esos pequeños secretos por algún motivo, porque de cierto modo podrías caer en la burla o marginación del grupo que has elegido para desenvolverte.
¡Guárdalos, que mas da! total, yo tengo mis propias preocupaciones y mis detalles a guardar.
- Segunda parte
Conociste a una persona. La exploraste con la mirada y parece ser que tiene todo lo que estabas buscando. El escaneo se ha vuelto tan constante e intenso que se ha percatado de tu interés.
¡Por fin! logras que estén a solas y preparaste mentalmente tanto la situación, que previamente repasaste todos los temas que pudieran parecerle interesantes. Política, religión, deportes, sociedad, economía, televisión, chismes, chistes; todos ha pegado oportunamente pero… se terminaron… no hay más de que hablar.
Ahora sólo queda cruzar miradas mientras te acobardas y comienzas a especular mil cosas. Hace un movimiento y sospechas que comienza a caer en aburrimiento o que sospecha que eres una persona hueca.
¿Es este silencio lo qué marca la realidad? Qué la fachada de tu acompañante era lo que por tiempo estuviste buscando, pero su silencio te provoca tanto terror como la idea de terminar tus días únicamente en compañía de una mascota y reflejar solo amor a tu colección privada de discos y películas.
Cabe la posibilidad de que su silencio no sea otra cosa más que la tranquilidad que tu pareja siente reflejada en la falta de vocablos y que compensas con la seguridad que inconcientemente creaste en ti.
- Tercera parte
Ya han pasado varios años desde que se vieron por primera vez. Los recuerdos se han ido desgajando por sí mismos y otros se han resistido a marcharse. Fueron tiempos buenos. Lo compartido y los objetivos alcanzados, las cenas familiares y las cálidas festividades que pasaron juntos, pero aparentemente eso ha pasado de moda.
Los pleitos se han vuelto constantes, en ocasiones sólo se hablan y platican para lo indispensable. ¿Cuántas veces les ha pasado por la cabeza la idea de cambiar de vida?.
La fortaleza que ahora los une es la costumbre o mantener ese cuadro de pareja feliz y normal de la cual todos quedan admirados, pero que al final del día, tan solo sirve para montar cada uno su lugar en la sala ocupándose en cualquier cosa para reposar y seguirse consumiendo en ese silencio incomodo.
lunes, septiembre 17, 2007
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