miércoles, diciembre 07, 2005

Lapso sincero

Odio… estoy sintiendo un chingo de odio…
por los que usan la calle como deposito gigantesco de basura; por los que se apostarían la vida en un juego de lo que sea; por los que prostituyen imágenes religiosas; por los que joden al de al lado por satisfacción propia; por los que sienten que imitar las estupideces de la televisión es lo mejor que pueden hacer; por los que justifican su mediocridad por el hecho de ser mexicanos; por los que a sus 20 años aún no cortan su cordón umbilical; por los que tienen su vida es mas jodida que la tuya y sienten que pueden decirte que hacer.

Pero sobre todo siento un inmenso odio por mi maldita insatisfacción. Muchas veces me enferma no poder ser como todos: despreocupado, conformista, apagado, inconsciente, aprovechado, envidioso, odioso, irritante, deshonesto, corrupto y en general un tipo de esos que andan por millares en las calles… no es que me sienta especial… de hecho no lo soy… como ya lo dije… soy irremediablemente complicado.

Duele ser así… odio ser así… siento un chingo de odio hacia mí. No he obtenido nada siendo de esta manera, la gente que aprecio se aleja, mis sueños se han visto frustrados una y otra vez, nunca he mantenido un control sobre nada. Cuando me creo bueno en algo resulta que sólo lo hice peor de cómo ya estaba.

Odio… estoy sintiendo un chingo de odio…
por no poder quedar conforme; por no poder ignorar las arbitrariedades del sistema; por no poder hacerla permanecer a ella conmigo; por no poder controlar mis sentimientos; por no saber lo que es amar; por no tener una creencia divina; por no mantener estable mi relación con mi madre; por hacerme perder de la gente a la que quiero; por no terminar lo que empiezo; por joder a mi familia con mi rareza y mis excesos; por contagiarme de la tristeza de la gente; por no poder curar mi dolor desde hace 15 años; por buscar una salida a todo esto y frustrarme por no encontrarla…

Me odio por querer seguir conociendo porque entre más aprendo de este mundo más dolor me provoca. Odio… seguiré sintiendo un chingo de odio… hasta que le llegue el crepúsculo a mi vida y deje de procesar ideas de bienestar y tranquilidad que únicamente son una utopía en mi vida…

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