No cabe duda que esta vida es demasiado fugaz, y en el instante menos esperado la gente que queremos se nos va como agua entre las manos.
Procurare no divagar mucho por respeto a la memoria de Marilú, sólo haré mención que su lucha incansable por conseguir su bienestar, y sobretodo el de su familia; cansó demasiado pronto su cuerpo, aunque estoy completamente seguro de que su alma sigue peleando en otro lugar pero con el mismo objetivo.
Sé que es difícil hablar en pasado, lo que es un hecho es que a ella no le hubiera gustado que su recuerdo lo acompañarán las lágrimas, su deseo hubiera sido que nos viniera una gran sonrisa cuando nos llegará a la mente.
Me uno a la dolorosa pena que embarga a su familia y amigos, esperando encontremos consuelo rápidamente. Descance en paz Marilú Hernández de la Piedra
viernes, julio 21, 2006
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