Guerras olvidadas, puertas cerradas, piernas amputadas… todo para unas cuantas medallas. Cambiarlo todo por sueños de honor, poder y rencor.
El demonio azul y rojo me intoxica con su veneno, marchita mi alma, quema el cerebro. Unos cuantos billetes son suficientes para enviarme aunque vuelva muerto.
Metal arrojado directo a los dientes, pólvora vestimenta de formalidad, metralla en cualquier presentación.
Un paso cerca a tu lucha, una eternidad alejado de mi felicidad y nadie nos escucha. ¡Comete en trozos mi realidad!
En un suspiro rompes naciones y sólo das estúpidas justificaciones. Los niños tienen hollín en sus corazones, cambiaron los tanques por sus canciones.
Has apagado las opiniones y reventado las agitaciones. Cuélgate en el cuello mi odio y embárrate mi ira en tu carne.
Di porque… eres cobarde
di porque… justificas la sangre
di porque… NO CHINGAS A TU MADRE ¡!
miércoles, octubre 26, 2005
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